Su vida.
MARÍA SALOMÉ LOREDO de SUBIZA, nació en el pueblo de Subiete, provincia de Castilla (La Vieja), España, el . Emigró a la Argentina a los 14 años, sufrió después enfermedades declaradas incurables, por lo que, desahuciada por la ciencia, abrazó la Fe en Dios, consiguiendo sanarse de sus males.
Entonces, contaba alrededor de 40 años de edad, cuando sintió un irresistible afán de emprender su famosa Misión Regeneradora de Dios por la Madre María, sosteniendo que: ”La verdadera grandeza en el Universo es la Fe en Dios, y la Regeneración de la Humanidad”.
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Mostrando su propio ejemplo de Fe, les decía a sus primeros adeptos: ”¿Queréis que os enseñe a vosotros lo que fue bueno para mí?”.
Su obra - 35 años de martirio llevados con resignación por amor a sus hijos espirituales -, fue Escuela de Regeneración, de Fe y de confianza en Dios, enseñando con su ejemplo de Humildad, el Perdón y la Caridad.
Hizo comprender la existencia de Dios; el camino verdadero para llegar a Él, y que no morimos, lo que significa en realidad, la purificación espiritual, es decir, la Regeneración Humana. Sostuvo con profundo sentir filosófico, la existencia de las reencarnaciones del espíritu para el logro de la pureza.
Puede resumirse su preciosa vida de bien, diciendo que fue virtualmente la continuadora de la obra de Jesús, sufriendo la cruz moral de la incomprensión, la persecución, la ingratitud y la ignorancia; y muchas veces, fue usado su dulce nombre por mistificadoras, adivinas, curanderas, manosantas, etcétera.
De sí misma, dijo que sólo era una HIJA OBEDIENTE DE DIOS, cuya voluntad es la que debe cumplirse en la vida humana, siendo la tierra el TALLER DE LA PERFECCIÓN ESPIRITUAL.
Dejó su cuerpo en la tierra el .-